Wednesday, November 09, 2005

Las cosas que vives no se planifican ya que hay una serie de factores que hacen lo posible por llegar o no a realizarse. Uno de ellos, que para la mayoría de los comunes es primordial, es el “Tiempo”. Este, te enseña, te castiga, te hace olvidar algún problema, lo valoras, acorta tu vida segundo a segundo o para otros, te permite vivirla, minuto más minuto.

Hay quienes comparan su valor con el oro, pero creo que conforme pasa el tiempo, te das cuenta de su verdadero y gran valor. No dejes que el tiempo pase sin antes haber vivido. Vive cada momento con toda la fuerza de querer vivir, como si fuera el último de tu vida. Recuerda que cada momento es único y eterno y que la vida es la unión de miles de momentos.


No vivas por vivir, no seas un cadáver en vida, encuentra un sentido a tu vida, por más sencillo que parezca lo que estas realizando. Si tú lo valoras, los que te rodean y la gente que te interesa también lo valoraran.

Si tienes que reír, ríe; si tienes que llorar, llora; si tienes que amar ,ama; si tienes que luchar, lucha. El tiempo puedo poner fin a muchas cosas, al dolor, a la materia, al color negro de tu pelo, a la firmeza de tu piel, a tus sueños, y hasta la misma vida. Pero los años no son sinónimo de vejes, ya que no son el reflejo de tus canas, sino más bien que tu te hallas rendido, o aburrido de vivir.

La juventud está dentro de ti, está en un joven de 18, 30 ,50 o 70 años. Haz que tu juventud te salve de terminar tu vida en un simple ataúd debajo de la tierra. Haz que tu juventud venza esa muerte física y continúes en la memoria de tus seres queridos y de los que alguna vez te rodearon. Y así tus hijos, nietos, bisnietos o uno de tus descendientes entiendan ¡que bello es vivir!

Marzo 2002. Paracas - Perú

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